martes, 19 de octubre de 2010

Tercera Parte










TERCERA PARTE

MEDITACIONES Y AFIRMACIONES


Todo lo que pidieres se consumará en ti,

y la luz resplandecerá en tus caminos.

Job 22: 28.

Para asentarse y dejar que fluya la energía

Se trata de una sencilla técnica de visualización especialmente útil al principio de cada meditación. Su objeto es mantener el flujo de su energía, disolver cualquier bloqueo y mantenerle firmemente asentado y conectado con el plano físico para que no «flote» durante la meditación.

Siéntese cómodamente manteniendo erguida la espalda, en una silla o en el suelo con las piernas cruzadas. Cierre los ojos y respire lenta y profundamente a la vez que cuenta de diez a uno hasta sentirse completamente relajado.


Imagine que hay una larga cuerda atada a la base de su espina dorsal y que atraviesa el suelo hasta llegar al interior de la tierra. Si quiere, también puede imaginar que es como la raíz de un árbol que penetra profundamente en el subsuelo. A esto le llamamos «cuerda de anclaje». Imagine entonces que la energía de la tierra fluye hacia arriba a través de la cuerda (subiendo a través de la planta de sus pies si está sentado en una silla) y que discurre por todo su cuerpo. Siga pensando en esto hasta que sienta que la energía del cosmos fluye por usted penetrando por su cabeza, atravesando todo su cuerpo hasta los pies y canalizándose por su «cuerda de anclaje» hasta el interior de la tierra. Sienta ambas corrientes fluyendo en los dos sentidos y mezclándose armoniosamente en su cuerpo.

Esta meditación le mantiene equilibrado entre la energía cósmica de la ensoñación, la fantasía y la imaginación, y la estable energía terrestre del plano físico; un equilibrio que aumentará su sensación de bienestar y su poder de evocación.


Para abrir los centros de energía

Se trata de una meditación para curar y purificar su cuerpo y hacer que fluya su energía. Es excelente para realizarla por la mañana al despertarse, al empezar cualquier meditación o siempre que desee relajarse y despejarse: Túmbese boca arriba, con los brazos extendidos a los lados o con las manos cruzadas sobre el estómago.

Cierre los ojos, relájese y respire lenta, profunda y suavemente. Imagínese que ve una esfera resplandeciente de dorados rayos coronando su cabeza.


Respire profunda y lentamente cinco veces mientras mantiene su atención fija en la esfera, sintiendo cómo irradia luz desde su cabeza. Deje entonces que su atención se desplace un momento hacia su cuello, e imagine que otra esfera irradia desde su garganta. Respire cinco veces con la atención puesta en esta esfera.

Ahora traslade su atención hacia su pecho, y nuevamente, imagine la esfera de luz difundiendo energía en él.


Haga otras cinco respiraciones sintiendo que la energía se expande cada vez más. Luego fije su atención en su plexo solar y visualice la esfera de luz abarcando todo el tronco. Respire lentamente cinco veces.

Ahora visualice la luz que resplandece en su zona pélvica. Respire otras cinco veces sintiendo que la energía de la luz se irradia y se expande. Finalmente, imagine la esfera de luz resplandeciente alrededor de sus pies y respire otras cinco veces. Concéntrese ahora en las seis esferas y véalas resplandecer todas a un tiempo como si todo su cuerpo fuese un cofre lleno de joyas que despidiesen energía. Respire profundamente, y a cada espiración, imagine la energía fluyendo por el lado izquierdo de su cuerpo desde los pies a la cabeza, y a cada inspiración, imagínela fluyendo por el lado derecho de su cuerpo desde la cabeza a los pies. Hágalo tres veces. Visualice entonces la corriente de energía discurriendo desde su cabeza, pasando por el centro de su cuerpo y llegando hasta los pies a la vez que exhala lentamente el aire. Y, en cada inspiración, sienta la corriente volviendo hasta su cabeza. Haga circular el flujo en esa dirección tres veces.

Entonces, imagine que la energía se concentra en sus pies y déjela fluir lentamente hacia arriba, atravesando el centro de su cuerpo, desde los pies a la cabeza y extendiéndose desde ella como una fuente de luz para refluir luego por el exterior de su cuerpo hasta los pies. Repítalo tantas veces como lo desee.

Cuando haya terminado esta meditación, se encontrará profundamente relajado, pero exultante y lleno de energía.



La creación de su santuario


Una de las primeras cosas que debe hacer al iniciarse en la visualización creativa es crear un santuario en su interior, un lugar absolutamente personal al que pueda acudir siempre que quiera. Debe ser un lugar que le parezca idóneo para relajarse, para estar tranquilo, sin que nadie le moleste y que pueda usted crear a la medida de sus deseos.


Póngase cómodo, cierre los ojos y relájese. Imagínese en un hermoso entorno natural. Puede ser cualquier lugar que le atraiga: un prado, la cumbre de una montaña, un bosque o una playa. Puede ser incluso en el fondo del mar o en otro planeta. Pero, dondequiera que sea, debe usted sentirse cómodo, y ha de ser un lugar agradable y apacible para usted. Explore ese entorno, fijándose en los detalles visuales, los sonidos y olores, y en cualquier sentimiento o impresión que le produzca. Ahora, haga lo que desee para hacerlo más acogedor y cómodo. A lo mejor quiere construirse allí una casa o refugio, o acaso sólo rodear toda la zona con una luz resplandeciente que le dé protección y seguridad; o crear cosas y disponerlas del modo mejor para disfrutar de ellas, o hacer algún tipo de ritual para consagrar el lugar como su santuario.


A partir de entonces ése será su santuario interior, al que podrá volver siempre que quiera con sólo cerrar los ojos y desearlo. Siempre le parecerá saludable y relajante estar en él, porque es también un lugar que tiene un especial poder sobre usted y en el que podrá penetrar siempre que haga la visualización creativa.


Advertirá que su santuario cambia espontáneamente de vez en cuando, o que quiere usted introducir reformas o ampliaciones. Puede mostrarse muy creativo en su santuario y además pasarlo bien. Lo único que ha de tener siempre presente es que debe reunir las características imprescindibles para ser un lugar apacible y tranquilo, en el que se sienta absolutamente seguro.


Para encontrarse con su guía

Cada uno de nosotros tiene en su interior toda la sabiduría y los conocimientos que necesita, y podemos utilizarlos a través de nuestra mente intuitiva, que es nuestro nexo con la mente universal. Sin embargo, a veces puede resultarnos difícil conectar con nuestra sabiduría superior. Una de las mejores maneras de hacerlo es entrar en contacto con nuestro guía interior y llegar a conocerlo a fondo.

Al guía interior se le conoce con nombres muy diferentes, tales como consejero, guía espiritual, amigo imaginario o maestro. Es como una parte superior de nosotros mismos, que puede revelársenos de muy distintas maneras, pero que, por lo general, llega en forma de una persona o un ser con quien hablamos o nos relacionamos como un amigo sabio y afectuoso.

A continuación transcribo un ejercicio para ayudarle a encontrar a su guía espiritual. Si quiere, puede hacer que un amigo se lo lea mientras usted hace la meditación. Y, si lo prefiere, léalo todo usted mismo y después cierre los ojos y hágalo.

Cierre los ojos y relájese profundamente. Vaya a su santuario interior y pase en él unos minutos, relajándose y orientándose. Luego imagine que dentro de su santuario se halla usted de pie frente a un sendero que va estrechándose hasta perderse en la distancia.


Empiece a caminar por él, y a medida que avanza, vea cómo a lo lejos una forma empieza a acercarse irradiando una luz clara y brillante. Conforme la distancia se va acortando, empiece a distinguir si se trata de un hombre o una mujer, qué aspecto tiene, qué edad, y cómo va vestida la persona en cuestión. Cuanto más cerca esté, más detalles podrá distinguir de su rostro y de su aspecto general.


Salude a ese ser al encontrarse con él y pregúntele cuál es su nombre. Acepte el primer nombre que se le ocurra sin importarle cuál sea.


Luego enséñele a su guía el santuario y paseen juntos por él como si lo explorasen. Puede que su guía le descubra cosas en las que nunca había reparado. También puede ocurrir que les baste a ambos el simple hecho de estar juntos.

Pregúntele a su guía si hay algo que quisiera decirle, o si querría darle algún consejo en ese momento. Si lo desea, puede hacer algunas preguntas concretas. Puede que obtenga respuestas inmediatas, pero si no es así no se desanime, porque, de alguna manera, las respuestas le llegarán más adelante.

Cuando sienta que la experiencia de estar juntos ya se ha completado, déle las gracias a su guía y exprésele su estima, y pídale que vuelva otra vez a encontrarse con usted en el santuario.

Ahora abra los ojos y vuelva al mundo exterior.

Cada persona vive la experiencia de encontrarse con su guía de un modo muy distinto, y por lo tanto, es difícil generalizar. Básicamente, lo importante es que la experiencia le sea agradable. Si no es así, sea creativo e introduzca los cambios que considere necesarios para que le satisfaga.

Si no ha conseguido percibir a su guía con claridad y nitidez, no se preocupe. A veces se manifiestan en forma de un resplandor luminoso o como una figura irreconocible y borrosa. Lo importante es que sienta su poder, su presencia y su amor.


Si se le presenta un guía bajo la forma de alguien conocido, no hay ningún problema salvo en el caso de que no se sienta muy bien con esa persona. En tal caso, repita el ejercicio y pida que su guía se presente bajo una forma con la que le sea cómodo y agradable relacionarse.

No se sorprenda si su guía le parece en algún aspecto excéntrico e insólito, porque la forma en que se nos muestran procede de nuestra propia mente creadora, que es ilimitada. Así, por ejemplo, un guía puede tener un sorprendente e insólito sentido del humor, un nombre exótico o una especial afición por la gesticulación. A veces, no usan palabras para comunicarse con nosotros, sino la transmisión directa de impresiones e intuiciones.

Puede suceder también que su guía cambie de forma e incluso de nombre; o que sea el mismo durante años.

También puede ocurrir que tenga más de un guía al mismo tiempo.

Su guía estará siempre ahí para que usted lo llame siempre que quiera o necesite mayor orientación, sabiduría, conocimientos, apoyo, inspiración creativa, amor o compañerismo. Muchas personas que han establecido una relación con su guía se encuentran con él diariamente en sus meditaciones.

La técnica de la burbuja rosa

Esta meditación es tan sencilla como maravillosamente eficaz.

Haga lo siguiente: Siéntese o échese cómodamente. Cierre los ojos y respire lenta, profundamente y con naturalidad.

Vaya relajándose cada vez más profundamente. Imagine algo que le gustaría que se manifestase.


Suponga que ya ha ocurrido y dibújelo en su mente con tanta claridad como pueda.

Luego, con el ojo de su mente, rodee su fantasía con una burbuja de color de rosa y coloque su objetivo dentro de la burbuja. El color rosa es el que se asocia al corazón, y si las vibraciones de este color rodean cualquier cosa que se visualice, ésta le aportará sólo aquello que esté en perfecta armonía con su ser.


El tercer paso consiste en desprenderse de la burbuja e imaginársela flotando en el universo, sin dejar de contener el objetivo visualizado. Esto significa que «se libera» emocionalmente de él para que sea libre y flote en el universo atrayendo y concentrando energía para lograr que se haga realidad.


No necesita hacer nada más.

Meditaciones curativas

A continuación les presento algunas técnicas que pueden resultar muy eficaces para curarnos a nosotros mismos y curar a los demás.

Para curarnos solos

Esta meditación puede ayudarnos a descubrir la causa subyacente de alguna enfermedad y a empezar a liberarnos de ella hasta sanar por completo. Siéntese o túmbese. Respire y relájese profundamente. Empiece por los dedos de los pies y vaya subiendo, concentrando su atención en cada parte de su cuerpo, ordenándole que se relaje y se libere de toda tensión.


Sienta cómo se disuelven todas las tensiones y cómo se alejan de usted.


Si lo desea, haga la meditación especifica para abrir los centros de energía y lograr que ésta fluya realmente.


Imagine ahora que una dorada luz de energía curativa rodea su cuerpo y siéntala, note su contacto, gócela. Si hay alguna parte concreta de su cuerpo que haya pasado por una enfermedad o dolor, pregúntele a esa parte de su cuerpo si tiene algún mensaje para usted. Pregúntele si hay algo que deba comprender o hacer, ya sea en ese mismo momento o en su vida en general. Permanezca relajado durante unos minutos y note si le llegan palabras, imágenes o sentimientos como respuesta a sus preguntas.


Si obtiene una respuesta, haga todo lo posible por comprenderla y seguirla. Si no la obtiene, continúe con el proceso de la meditación. Es probable que dicha respuesta le llegue más adelante, y quizás, de una forma distinta a la que esperaba.

Luego, envíe una energía especialmente afectuosa y curativa a cualquier parte de usted que la necesite y véala o siéntala curada. Puede hacer que le ayuden a alcanzar la curación su guía, su maestro o su curandero evocando su presencia. Vea el problema diluyéndose y liberando energía o manifestando su solución del modo que le parezca mejor.

Luego, véase en un estado perfecto, radiante de salud. Visualícese en distintas situaciones encontrándose perfectamente, activo y saludable. Véase con una hermosura divina y radiante.

Afirmaciones que puede hacer: Me estoy amando y curando a todos los niveles: espiritual, mental, emocional y físicamente.

Puedo satisfacer mis necesidades sin tener que caer enfermo.

Estoy aprendiendo a cuidarme bien.

Me merezco gozar de una buena salud y sentirme bien.

Sentirse bien es algo natural.

Ya he superado todas las formas de enfermedad. Me siento liberado y sano.

Estoy rebosante de salud y energía.

Amo y acepto mi cuerpo totalmente.

Soy bueno para con mi cuerpo y mi cuerpo es bueno conmigo.

Soy enérgico y lleno de vitalidad.

Mi cuerpo está equilibrado, en perfecta armonía con el universo.

Doy gracias por mi creciente vitalidad, belleza y salud.

A partir de ahora, siempre que haga esta meditación, no se imagine más que gozando de buena salud, bañado por una dorada luz curativa que le rodea.

Para curar a los demás

Esta meditación hay que hacerla a solas, no en presencia de la otra persona a quien se desee curar. Puede optar entre decírselo o no a esa persona, en función de cómo vaya a aceptar esa idea de acuerdo con su personalidad.

He aquí lo que debe hacer: Relájese profundamente y haga cualquier tipo de preparativos para entrar en un estado mental sereno y profundo. Piense en sí mismo como en un canal despejado por el que discurre la energía curativa del universo.

Esta energía no procede personalmente de usted, sino de una fuente más elevada y usted es el medio para canalizarla y dirigirla.

Luego visualice a la persona en cuestión tan claramente como pueda. Pregúntele si hay algo en especial que quisiera que hiciese por ella en su meditación. Si es así, hágalo lo mejor que pueda si le parece adecuado. Si siente el impulso de curar una parte específica de su cuerpo o un problema concreto, hágalo. Vea todos los problemas diluyéndose, que todo se cura y funciona perfectamente.

Luego, imagine a esa persona bañada en una dorada luz curativa, con un aspecto radiante de salud y de felicidad. Háblele directamente (con el pensamiento). Recuérdele que es en realidad un ser perfecto y divino y que ninguna enfermedad o padecimiento deben tener ningún poder sobre ella. Dígale que usted le ayudará a ser totalmente feliz saludable y que seguirá transmitiéndole su energía y su afectuoso apoyo. Cuando crea haber terminado, abra los ojos y vuelva al mundo exterior sintiéndose despejado, reconfortado, saludable y revitalizado.

A partir de ahora, vea siempre a esa persona en sus meditaciones en perfecto estado de salud. No conceda a la enfermedad más poder o energía mental. Limítese a ver a esa persona completamente curada.

El hecho de enviar energía a otra persona no tiene por qué hacer que se sienta usted agotado, dado que no es su propia energía personal la que está enviando, sino la fuerza vital del universo canalizada a través de usted. Si siente que se está quedando sin fuerzas, es probable que la carga emocional sea tan elevada que haga que esté poniendo demasiado empeño en ello. En tal caso, puede servirle de ayuda imaginar que deja la curación de esta persona en manos del poder superior del universo y afirmar que todo lo que suceda será en provecho suyo. Recuerde que no siempre sabemos de antemano cuál es el bien más preciado para nosotros o los demás.

La curación en grupo

Cuando se realizan en grupo, las curaciones son muy eficaces.

Si la persona que ha de curarse se encuentra presente, por ejemplo, en una habitación, háganla tumbarse en el centro o sentarse en una silla (como esté más cómoda) y siéntense todos los demás formando un círculo a su alrededor.

Todos deben cerrar los ojos, guardar silencio y relajarse profundamente, y luego, empezar a imaginar que transmiten energía curativa a la persona que está en el centro. Recuerde que es la energía curativa del universo la que fluye a través de los presentes. Vean a esa persona rodeada de una luz dorada, sintiéndose bien y en perfecto estado de salud.

Si lo desean pueden levantar todos las manos, con las palmas mirando hacia la persona que está en el centro, y sentir cómo a través de las manos de todos los presentes fluye la energía hacia ella. Tiene un especial poder que todos canten «OM» durante unos minutos mientras se hace la cura, porque se añade la vibración curativa del sonido a todo el proceso. Cantar «OM» consiste en entonar esta sílaba con gran resonancia y solemnidad, desgranándola así: o-o-m-m-, tan sostenidamente como puedan y repitiéndola sin parar. Sí entonar ese cántico les resultara especialmente difícil a los presentes, puede prescindirse de él sin el menor problema.

Si la persona no está presente en la habitación, informe a todos de cuál es su nombre y de la ciudad donde se encuentra y luego procedan como si estuviese allí, pues el poder de la energía curativa no se ve afectado en absoluto por la distancia. He visto tanto curaciones milagrosas realizadas por grupos desde otras ciudades, como en presencia de la persona enferma.

Meditación curativa para el dolor

Veamos una técnica de meditación que puede poner en práctica con una persona que tenga dolor de cabeza o cualquier otro dolor: Haga que se eche, que cierre los ojos y se relaje profundamente. Manténgala concentrada en su propia respiración, y durante un rato, respirando lenta, profundamente y con naturalidad. Haga que cuente lentamente de diez a uno, para que se sienta sumida en un estado cada vez más profundo y relajado conforme va contando. Cuando se encuentre totalmente relajada, dígale que imagine o que piense en un color brillante, un color que le guste (el primero que acuda a su mente). Dígale que se lo imagine como una esfera de luz brillante de unos quince centímetros de diámetro. Luego, dígale que se imagine la esfera haciéndose cada vez más grande hasta llenar totalmente su propio campo visual en el pensamiento. Una vez hecho esto, dígale que imagine la esfera contrayéndose, haciéndose cada vez más pequeña hasta volver a su tamaño original.

Después, pídale que la imagine haciéndose aún más pequeña, hasta no tener más que un par de centímetros, y que sigue contrayéndose hasta desaparecer completamente. Remítase entonces al ejercicio de visualización y haga que la persona imagine que el dolor es el color.

Invocaciones

Invocar significa «llamar» o «pedir ayuda». La invocación utilizada en la meditación es una técnica con la que puede hacer que cualquier tipo de energía llegue hasta usted.

Cierre los ojos y relájese profundamente. Haga algún tipo de meditación introductoria como la del asentamiento del flujo de energía, la de abrir los centros energéticos, o simplemente, la de dirigirse a su santuario, relajándose y respirando profundamente durante un rato.

Cuando se sienta relajado y lleno de energía, dígase a sí mismo en silencio, pero con firmeza y claridad: «Invoco al amor». Sienta llegar a usted la energía del amor, o emergiendo de algún lugar de su interior, llenándole e irradiándose desde su persona. Permanezca unos minutos experimentando plenamente esta sensación. Luego, si lo desea, diríjala hacia cualquier objetivo concreto por medio de la visualización y la afirmación.

Puede utilizar el poder de la invocación para atraer hacia sí cualquier cualidad o energía que quiera o necesite: Fortaleza Sabiduría Serenidad Compasión Dulzura Cariño Claridad Inteligencia Creatividad Poder curativo...

Dígase a sí mismo con toda firmeza y claridad que esa cualidad o energía fluye hacia usted.

Otro medio excelente de utilizar el poder de la invocación es llamar al espíritu o esencia de una persona concreta que tenga las cualidades que usted desea. Si apela a maestros como Buda, Cristo o María, está invocando las cualidades universales que estas personas simbolizan y que se encuentran también en nuestro interior. Así, por ejemplo, si llama a Cristo para que influya en usted y a través de usted, está convocando también de forma muy poderosa su propia capacidad de amor, compasión, dotes curativas y capacidad de perdonar.

Si hay algún maestro, héroe o consejero con quien se sienta especialmente identificado, llámelo por medio de la invocación siempre que sienta la necesidad de que sus cualidades se manifiesten en usted.

Este tipo de meditación funciona estupendamente cuando se trata de fomentar alguna habilidad o talento concretos que quiera cultivar. Así, por ejemplo, si estudia música o pintura, invoque a cualquiera de los grandes maestros que más admire en sus respectivos campos. Imagínelo alentándole y ayudándole, y sienta su energía y su genio creativo fluyendo por usted. No es necesario imaginarlo con los problemas y debilidades que pudiese tener. Invóquelo solamente en su aspecto más elevado. Gracias a esta meditación se pueden obtener resultados asombrosos.

Maneras de usar las afirmaciones

Hay muchísimas maneras de utilizar las afirmaciones de un modo poderoso y eficaz con el fin de dotarse de una perspectiva más creativa y positiva y de ayudarle a lograr objetivos concretos.

Recuerde que es importante estar relajado al hacer las afirmaciones. Pero no se aficione demasiado a perseguir resultados. Tenga presente que usted ya es todo lo que necesita. Lo que venga por añadidura, será como miel sobre hojuelas.

Durante las meditaciones

I. Exprese sus afirmaciones en silencio, mientras medita o se relaja profundamente, preferentemente antes de disponerse a dormir o nada más despertarse.

Afirmaciones orales

1. Expréselas en silencio o en voz alta siempre que piense en ellas a lo largo del día y especialmente mientras conduce, realiza las labores caseras u otros trabajos rutinarios.

2. Dígaselas en voz alta cuando se mire al espejo. Esto es muy aconsejable cuando se trata de mejorar la autoestima y el amor propio. Mírese fijamente a los ojos y afirme su belleza, su valía y sus méritos para ser amado. Si se siente incómodo al hacerlo, aguante hasta que consiga derribar esas barreras que provocan su incomodidad y sea capaz de mirarse y amarse. Es posible que al hacerlo experimente una especial emoción que termina por disiparse.

3. Grabe sus afirmaciones en cintas magnetofónicas y póngalas mientras hace las faenas de casa, mientras conduce, etc. Utilice su propio nombre y trate de expresarse en primera, segunda y tercera personas. Por ejemplo: «Yo, Shakti, estoy siempre profundamente relajada y centrada», «Shakti, siempre estás profundamente relajada y centrada» y «Shakti está siempre relajada y centrada». También puede grabar un pequeño texto, de unos tres o cuatro párrafos, describiendo una visualización determinada. Esto puede hacerlo, asimismo, en primera, segunda y tercera personas.

Afirmaciones escritas I. Elija una afirmación concreta y escríbala de diez a veinte veces seguidas, pensando realmente en cada una de las palabras que escribe. Puede modificar la afirmación mientras la transcribe si se le ocurre otro modo de expresarla mejor. Es una de las técnicas más poderosas que he podido experimentar, y resulta facilísimo ponerla en práctica. En la cuarta parte de este libro le dedico un capítulo.

2. Escriba o mecanografíe afirmaciones y péguelas en distintos lugares de la casa o en el trabajo a modo de recordatorios. Puede pegarlas en el frigorífico, en el teléfono, en el espejo, sobre la mesa del despacho, en la cabecera de la cama o en la mesa del comedor.

Afirmaciones hechas en compañía

1. Si tiene un amigo que también quiera practicar con las afirmaciones, pueden hacerlas juntos muy eficazmente. Siéntense uno frente a otro, mírense a los ojos y váyanse turnando diciéndose afirmaciones el uno al otro y aceptándolas. DAVID: Linda, eres hermosa, cariñosa y creativa. LINDA: ¡Sí, ya lo sé! Repitan esto de diez a quince veces del mismo modo y luego cambien los papeles, de manera que sea Linda quien afirme a David y éste acepte la afirmación. Luego, háganlo en primera persona. DAVID: Yo, David, soy guapo, cariñoso y creativo. LINDA: Sí, desde luego que lo eres. Repítanlo varias veces.

Asegúrese de que hace las afirmaciones sinceramente y dándoles todo su sentido, aunque al principio le parezca un poco tonto. Es una maravillosa oportunidad para dejar que fluyan nuestro amor y nuestro apoyo a otra persona y para ayudarla realmente a cambiar los conceptos negativos que tenga sobre sí misma por otros positivos. Es prácticamente seguro que después de hacerlo juntos experimentarán la sensación de una profunda relación amorosa entre ustedes...

2. De manera más desenfadada, también puede pedirle a sus amigos que le hagan con frecuencia afirmaciones de este tipo. Así, por ejemplo, si quiere afirmar que está aprendiendo más fácilmente, puede pedirle a un buen amigo que le diga a menudo: «Jeannie, estos días hablas y te expresas realmente muy bien».

Convierta el hacer esto en un juego y verá como le resulta útil. Tendemos automáticamente a conceder mucha importancia a lo que nos dicen nuestros amigos, para bien o para mal. Nuestra mente tiende a aceptar lo que los demás dicen de nosotros. Por lo tanto, recibir un apoyo fuertemente positivo de nuestros amigos en forma de afirmaciones resulta útil de verdad.

3. Empiece a incluir afirmaciones en su conversación, haciendo rotundas afirmaciones de las cosas y de las personas (sin excluirse a sí mismo) que quiera usted ver de un modo más positivo. Es asombroso comprobar qué cambios tan espectaculares pueden producirse en su vida con sólo empezar a hablar conscientemente de un modo más positivo en la conversación diaria. Una advertencia: No utilice esta técnica de tal manera que haga que se sienta en contradicción con sus verdaderos sentimientos. No la emplee cuando de sienta alterado o pesimista, pues eso equivaldría a reprimirse. Utilícela en momentos constructivos, para ayudarse a cambiar estructuras de su discurso negativo interno y los conceptos subyacentes.

Afirmar cantando

1. Propóngase aprender canciones que afirmen la realidad que usted quisiera crear para sí mismo.

Escúchelas y cántelas a menudo. Una parte de nuestra actual consciencia se ha formado a través de la música popular, creando una realidad que hace que nos sintamos tan dependientes como indefensos con relación a nuestros amores, porque sin ellos nos moriríamos, nos cuestionaríamos si valdría la pena seguir viviendo sin «tener» a cierta persona, y tantos otros tópicos.

2. Componga sus propias canciones, o simplemente estribillos, utilizando las afirmaciones que quiere que se manifiesten en el plano real.

Más afirmaciones

Para aceptarnos tal como somos: Me acepto completamente aquí y ahora.

Me quiero totalmente tal como soy, y cada vez soy mejor.

Acepto todos mis sentimientos como parte de mí mismo.

Sienta lo que sienta, soy bello y digno de ser amado.

Estoy dispuesto a experimentar todos mis sentimientos.

Es bueno que exprese mis sentimientos. Me autorizo a expresar mis sentimientos. Cuando expreso mis sentimientos, me amo.

Para sentirnos bien: Me parece muy bien disfrutar y divertirme, ¡y lo hago! Me gusta hacer cosas que me produzcan bienestar. Siempre estoy profundamente relajado y centrado.

Siento en este momento una gran serenidad y paz interiores. Me siento feliz por haber nacido y me gusta vivir.

Para las relaciones:

Me amo y atraigo con naturalidad relaciones amorosas hacia mi vida.

Soy fuerte y cariñoso en mis relaciones. Merezco el amor y el placer sexual. Estoy preparado para aceptar una relación plena y feliz. Me siento dispuesto a cultivar todas mis relaciones. Cuanto más me amo, más amo a X. Amo a X y X me ama. Todas las dificultades entre X y yo se están resolviendo.

Tenemos una relación maravillosa. El amor divino penetra en mí en este momento para crear una perfecta relación con X.

Consigo atraer ahora el tipo de relación que quiero. Soy ahora divinamente irresistible para mi perfecto compañero.

Para abrirse a la creatividad:


Soy ahora un canal abierto para la energía creativa.


La inspiración y las ideas creativas acuden a mí a diario.


Soy el creador de mi vida.


Ahora estoy creando mi vida tal como la deseo.


Afirmaciones para la guía y el amor divinos:

El amor divino hace su obra perfecta en este momento y en esta situación para mayor bien de todos.

El amor y la luz divinos se manifiestan ahora a través de mí. El amor divino va delante de mi y prepara el camino. Ahora Dios me enseña el camino. Mi sabiduría interior me está guiando. Estoy siendo guiado hacia la perfecta solución de este problema. La luz que hay en mi interior está obrando milagros en mi cuerpo, en mi mente y en mis negocios aquí y ahora.


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